22/12/07


Oskar Lafontaine: La izquierda europea ha perdido credibilidad. Se ha abierto demasiado al neoliberalismo
Juanma Romero
Público

No la suelta de su boca. Taladra con ella todas sus respuestas. Dibuja por oposición el espejo antagónico. “Neoliberalismo”. Su palabra fetiche. Aquella que combate, en un mundo nuevo, el nuevo Oskar Lafontaine (Sarre, Alemania, 1943). Ex presidente de su land (el equivalente a nuestras comuniades autónomas), ex presidente del SPD, ex ministro (efímero, muy efímero) de Finanzas del primer Gabinete de Gerhard Schröder. Le suena a pasado.

Desde junio, su proyecto se llama Die Linke (La Izquierda), el partido nacido de la confluencia de los ex comunistas del Este y los desengañados del SPD. Sus aliados son ahora también más zurdos: de la relación casi fraternal con Alfonso Guerra y el PSOE, ha basculado a la cooperación con IU, que el viernes le trajo a Madrid para debatir sobre la reorientación de la política exterior. Un potente gancho electoral para Llamazares.

Creo que tengo delante al ‘ave fénix’ de Alemania. Eso se dice en su país y también fuera.

Quizá es demasiado rotundo. Pero no negaré que, en dos años, desde que se coaligaron el PDS [los poscomunistas] y la WASG [los occidentales cansados del SPD], hemos cambiado la política alemana desde la oposición. La justicia social ha vuelto a la agenda. Hemos obligado a Merkel a corregir sus medidas, en subsidios de paro, pensiones, salario mínimo... Modestamente, pero ahí están los esfuerzos para llevar la política a la izquierda.

Está disparado. Tercera fuerza y potencial electoral de un 25%.

En las generales de 2005 obtuvimos el 8,7% de los votos y ahora, los sondeos nos otorgan un 10-13%. Mejor ser prudentes. Nos apuntamos haber roto el sistema cuatripartito.

Me pregunto qué reflexiones hizo tras perder contra Helmut Köhl en 1990. ¿Pecó por ser sincero?

Lo he pensado muchas veces. Avisé contra los riesgos de una rápida unificación monetaria de las dos Alemanias. Así ocurrió. Ahora, la economía ha superado algunas dificultades, pero el desempleo es muy abultado, sobre todo en el Este.

Véndame ‘Die Linke’. ¿Qué ofrece de nuevo? ¿Qué tiene de viejo?

Nuestro reto es luchar contra los grandes destrozos que el neoliberalismo ha causado en Alemania. Trabajar por las condiciones de los trabajadores, apostar por una política exterior respetuosa con el derecho internacional. ¡Logramos que se paralizase la privatización del ferrocarril! Los Verdes han tildado de erróneos sus recortes sociales con Schröder. ¡Claro! Lo dijo Jean Jaurès: “El capitalismo acarrea la guerra como las nubes la lluvia”.

¿Y no será difícil mantener la convivencia del PDS y la WASG? ¿Son un partido homogéneo?

Los ex comunistas han evolucionado como en otros países. Yo mismo, cuando propuse la fusión, miré con detalle ambos programas, y eran prácticamente idénticos. Hay mentalidades diferentes, pero como las hay entre vascos o catalanes de un mismo partido. Las discusiones internas no son más agrias que las de otras formaciones.

¿Y el SPD? Le sitúan por debajo del 29%. ¿Ha llegado a tocar fondo?

[Medita] Propongo otra pregunta: ¿va a corregir su política fallida?

Va reculando en los últimos meses

Deberá aclarar si reorienta su programa. Si no, caerá más. También le empujamos. Die Linke ha surgido a raíz de la política equivocada del SPD.

Y del desencanto y de la falta de un líder como Schröder

Lo decisivo es que ni trabajadores ni pensionistas se reconocen en el SPD.

¿Se reforma o se destruye?

Si no cambia, se desplomará, sí.

¿A pesar de Kurt Beck?

El presidente del SPD apoyaba hasta hace poco tiempo la dirección de su partido y del Gobierno. Ahora revisa sus convicciones. De acuerdo. Esperaré a ver cómo evoluciona.

Una eventual alianza con el SPD se cobraría peajes. Freno a las rebajas del Estado del bienestar y...

Retirada de las tropas. Ésa es nuestra línea roja. Dos condiciones básicas.

¿Es compatible la globalización con un Estado grueso?

Por supuesto. El neoliberalismo propala una gran mentira: la sociedad actual, más rica, no puede permitirse un Estado fuerte que sí era viable en una sociedad más pobre. No tiene lógica ese razonamiento. Pero cala.

¿Merkel ha arramblado con el SPD, sus dirigentes y sus ideas?

La CDU sólo ha arañado una ventaja de tres puntos con respecto a 2005. Siete ha bajado el SPD. Merkel habla de justicia social, se ha separado de sus creencias más derechistas, pero su neoliberalismo está ahí. Ha bajado impuestos a las empresas, ha subido el IVA. Los alemanes no palpan el crecimiento.

Es vista como una líder europea.

Son valoraciones. Prefiero hechos. En la cumbre del G-8, en Heiligendamm, Merkel dijo haber arrebatado a Bush un cambio en política medioambiental. Bali lo ha desmontado.

¿Es una canciller de transición?

[Se lo piensa] No puedo predecir cuánto se mantendrá. Pero no tiene agenda propia. Le falta identidad.

Facilitó el Tratado de Lisboa

Quizá contribuyó a que los gobiernos se pusieran de acuerdo. Sin embargo, Europa no debe ser un proyecto antidemocrático, de las grandes empresas, sino de los ciudadanos, a los que no se va a consultar. Craso error.

Le pido una reflexión de la izquierda europea. Ségolène Royal se hundió, Prodi pasa apuros y Zapatero quizá no gane

La izquierda europea ha perdido credibilidad. Se ha abierto demasiado al neoliberalismo, que significa destrucción del orden social. Si regresa a sus orígenes, volverá a ganar.

De ahí sus relaciones con IU

Sintonizamos. Fundamos en 2004 con ellos el Partido de la Izquierda Europea. Queremos promover una nueva izquierda, preocupada por una Europa democrática y social.

Mencionaba la subsistencia del Estado del bienestar. La inmigración es un dilema global

La integración nos preocupa, cómo no. Primero hay que procurar que los inmigrantes aprendan el idioma local y que existan suficientes posibilidades de empleo para todos.

¿Y el terrorismo? ¿Ve una psicosis colectiva por la seguridad?

Son necesarias medidas. Aún más respetar el derecho internacional.

No querría eludir su parecer sobre la política de Zapatero.

No la conozco a fondo. Me impresionó cómo retiró las tropas de Irak.